- "Como se nota el miedo que le tienes a la soledad, que ni esconderme detrás de la Tierra me dejas..."
A lo que el Sol respondió:
- "Yo no le temo a la soledad, simplemente me gusta verte sin nada de oscuridad, para eso te alumbro todos los días, incluso a tu cara oculta la ilumino en las noches más oscuras y más bonita te veo cuando estás llena.
Creo que eres tu la que de verdad le tiene miedo a la soledad, ya que cuando de verdad eres tú es en tu apogeo y no en tu perigeo en el que compartes tus secretos, con cualquiera que se atreva simplemente a mirar al cielo. Y esa es tu maldición, que a esos cualquieras que te ven desde la tierra, siempre les muestras el mismo lado helado por el frío de tus noches. Pero soy el único que conoce la sonrisa de tu otra cara y por eso sé que viviremos siempre en esferas separadas, sólo comprendidos por tristes eclipses que nos apagan mientras dibujamos la historia de esta eterna elipse... Así, siempre que estés creciente, podrás acunar mis sueños y cuando estés menguante, podrás alimentarte con ellos”.